— I'm all fired up.

¿Qué se puede decir de la personalidad del Dragon Slayer? Quizá muchos quieran describir su psicología con una sola palabra, pero con el pelirosa es algo completamente imposible.

Para empezar a definirlo se tendría que decir que es una persona alegre con la vida, pues nunca le ha pasado algo extremadamente malo; Sí, Igneel desapareció de su vida pero él mismo se prometió volver a encontrarse con él y pedirle explicaciones de esa marcha tan repentina, sin importar cuándo, ni cómo, ni porqué pero tiene claro que se va a volver a encontrar con aquel dragón cueste lo que cueste. No le importa si se deja la vida en encontrar a su padre adoptivo, pues necesita explicaciones para poder callar sus pensamientos de que fue abandonado.

Quiere mucho a todos los miembros de Fairy Tail aunque por su personalidad tan “loca”, tenga alguna que otra pelea con las mismas personas de siempre; Para él su gremio lo es todo y no permite que alguien hable mal de él o lo menosprecie, quién lo haga delante suyo pagará por sus malas palabras y es que para Natsu, entrar en una pelea no es nada difícil porque seguramente tenga peleas diarias pero aún así no es un chico que tenga rencor hacia nadie, pues rara vez lo tiene y tampoco suele odiar a las personas o al menos no si no tiene motivos.


Su manera de pensar es rápida y sencilla y con su gran suerte de que siempre encuentra la raíz del problema en el que se vea envuelto, pero casi siempre es de manera accidental. Siempre se ofrece en ayudar a los demás, seguramente Natsu sea el primero en tender su mano —con una sonrisa siempre en su rostro.— con tal de ayudar al prójimo. Siempre ayudará primero a los miembros de su gremio pero nunca dejará de lado a alguien que no conozca si lo ve mal, pues el pelirosa quiere que todo el mundo que esté a su alrededor esté feliz  por ser alguien tan altruista.

Le gusta pelear aunque siempre acabe siendo un caos por su culpa, él se entretiene peleando porque así va mejorando su técnica y poder, al igual que su resistencia física; Nunca ha fardado de ser un Dragon Slayer, pues para él es una magia normal aunque sea una magia perdida. No le importa perder un combate, porque así puede encontrar su puntos débiles y mejorarlos para la próxima pelea; Tiene muy claro que por la gente de su miembro puede empezar miles de peleas con tales de protegerles y, en esas peleas, sí que no se permite perder ni cometer algún error.

En temas de amor no sabe mucho —por no decir que no sabe nada.— pues nunca se ha enamorado de ninguna chica, pero tiene bien claro que es Heterosexual. No sabe muy bien qué es eso del amor y qué se siente exactamente cuando estás enamorado pero tampoco es que le corra prisa en saberlo; Prefiere que el amor llegue cuando tenga que llegar, si es que le llega alguna vez. Lo máximo que conoce ahora de amor es la comida, pues puede comer todo lo que quiera que nunca tendrá suficiente en el estómago.


Una historia quizá sin una explicación lógica, quizá muchos no se la pueden creer pero.. ¿Quién se creería que un niño pequeño fuera criado por un dragón? ¿y si ese niño no tuviera padres? ¿y si aquel dragón fuera su “padre”?

Sí, en efectivo, la historia tiene ese extraño inicio; Un dragón de fuego —llamado Igneel.— se encontró a Natsu en medio de un Bosque, perdido y de una corta edad. Lo crió como si se tratase de su propio hijo a pesar de que eso fuera analógicamente imposible; Igneel fue el padre que el pelirosa no recordaba tener ¿quién era? no lo sabía pero ahora su familia era aquel dragón de fuego de escamas rojas y con varias cicatrices por el cuerpo, siendo más grande y notoria una “X” en el centro del pecho pero era algo que Natsu no tomaba mucha importancia pues era bastante pequeño y las cicatrices no le importaban, incluso lo admiraba por tener tantas pues seguramente serían por fuertes peleas.

Aquel dragón le enseñó todo: leer, escribir y, lo más importante: dominar una antigua y perdida magia a la que llamaban Dragon Slayer. No fue un aprendizaje rápido, quizá incluso se tomó bastante tiempo para que el pelirosa la dominase a la perfección pero con paciencia y tiempo Natsu aprendió los límites de dicha magia con las enseñanzas de Igneel pero ¿qué pasaría ahora? ¿se irían de aventuras juntos? No, el destino no lo quería así, el destino de Natsu no sería salir en un sinfín de aventuras con Igneel.

Su padre adoptivo desapareció de la nada, inmediatamente el pelirosa se pensó que le había abandonado pues lo único que le quedaba de aquel dragón era una bufanda blanca de escamas; El pequeño no entendía porqué de la nada estaba solo ¿acaso Igneel sólo se acercó a él para enseñarle aquella extraña magia? ¿no sintió amor por Natsu? ¿por qué ni siquiera se había despedido de él? Varias preguntas estaban en la cabeza del pelirosa, el cual empezó a correr en busca de Igneel por si era una broma, pero no: nunca más lo volvió a ver.

Empezó a caminar sin rumbo alguno por Fiore, algunas personas se extrañaban de ver a un niño tan pequeño caminando solo por ahí pero nadie sabia todo el poder que él tenía. Acabó viajando a Magnolia y allí se cruzó con Makarov, el Maestro del Gremio de Fairy Tail; Estuvieron  hablando de cómo un niño pequeño —pues tenía seis o siete años.— estaba viajando solo, Natsu le respondió que era porque estaba buscando a su padre Igneel, un fuerte dragón que le hizo muy fuerte; Makarov logró convencerle para que se uniera a Fairy Tail, un lugar donde nunca estaría solo.