Te Devil (ID)

La personalidad de Morana es diversa, puede que en un inició sea compleja pero cuando la conoces mejor te das cuenta de que en el fondo es bastante básica. Es una mujer rápida, ingeniosa y altiva, su lengua es casi tan afilada como su espada. En ocasiones es traviesa y sobre todo sarcástica, le gusta dejar caer alguna que otra frase que puede dejar en evidencia a aquel con quien esta hablando o discutiendo. Es calculadora, fuerte y segura de si misma, sabe que es fuerte y atractiva y no lo a dudado nunca, sabe bien lo que quiere y no busca la aprobación de nadie mas que de ella misma. Es independiente no le gusta tener que depender de la protección o el asilo del resto de personas, ella se gana su pan sola y se lo come sola. Posee un gran autocontrol, no se deja llevar por las provocaciones del enemigo  y siempre tiene una contestación rápida y mordaz contra aquellos que intentan rebajarla de forma verbal.

Es audaz, valiente y hábil, Morana es alguien que no debe ser subestimada, pues siempre está dando sorpresa, odia que la gente crea que la conoce cuando en realidad solo a visto una parte de ella.. Seductora por naturaleza, Morana es alguien bastante consciente de sus atributos, los cuales algunas veces llega a aprovechar para conseguir lo que quiere. Del mismo modo es bastante orgullosa, no acepta una derrota incluso cuando ya está siendo derrotada y se encuentra en el suelo, siempre busca la manera de salir victoriosa. Aunque, esto puede tratarse como una virtud, pues ese instinto la ha librado de grandes problemas.

Posee bastante confianza en si misma, llegando incluso a los límites de la arrogancia. Le gusta liderar en todo lo que hace, tener el control siempre y dar la iniciativa, pues fue educada así y no soporta el echo de seguir ordenes aunque comprende que en ocasioens el seguir ordenes claras le han salvado la vida, aun así no le gusta obedecer ciegamente en ese aspecto es bastante rebelde aunque intenta ser disciplinada. Bastante burlona cuando se trata de molestar a alguien. Analítica desde pequeña y estratega por necesidad. La constante práctica de esgrima, le dejó virtudes tales como el aumento de la agudeza, la exactitud y rapidez de las percepciones visuales y de las reacciones motrices. Por lo que, es una mujer de reflejos bastante rápidos, siempre está alerta y por ende, puede resultar algo difícil tomarla por sorpresa.

En ocasiones pude llegar a ser sádica cuando pierde el control en sus enfrentamientos, en cierto momento de su vida Morana sufrió cierto trauma, cuando se siente en peligro mortal su propio cuerpo genera mas endorfínas de las necesarias y esto produce que su instinto mas salvaje aparezca para echar una mano. De este modo pierde el control de sus actos y su única misión en ese momento es llevarse por delante a aquel que este enfrente. Sin embargo, no deja de ser una mujer alegre y amable en algunas ocasiones, lo que sí es difícil de ver, es su lado sensible o el enamoradizo inclusive, pues nunca se consideró con tiempo de sobra para ello, sin embargo esto no significa que sea imposible, pues su padre siempre decía que hay momento para todo, incluso para el amor.

Cae la noche, niebla eterna, ocultase ya la luz.

Historias narradas, historias contadas, mas esta que ahora os relato a quedado olvidada. Una noche oscura como ninguna otra, una noche donde la niebla cubría cada zona del reino de Fiore aconteció el nacimiento de una pequeña joven. Una niña de pelo rojo como la sangre y ojos negros como la misma noche que todo lo bañaba. El primer llanto que dejo escapar fue el inicio de su historia.

Cuando se escucho por primera vez su llanto el árbol del jardín se partió por la mitad. El árbol centenario de la familia ardió toda la noche hasta que los primeros rayos del sol lo iluminaron. Nadie pudo apagar aquellas llamas que consumían lentamente su envejecido tronco, la madera crujía y si me apuras podría decir que sus sollozos se escuchaban a través de sus hojas. Aquel suceso fue considerado como un mal augurio, se dijo que aquella pequeña niña traería desgracias a todos aquellos con los que se relacionara.

Evidentemente no todos hicieron caso a esa advertencia, de echo el padre de la pequeña Morana que así se llamaba la joven la amaba mas que a nada en su vida. Sin embargo ese amor le costo la vida, cuando la joven tenía apenas cinco años de vida ocurrió un triste suceso que cambiaría su destino para siempre.

Hoy la vida llueve penas, gotas de desesperación, mis lagrimas son ríos venas, desangrándome el corazón.

Aquel día perdió a su padre y por consiguiente a su madre. Nadie sabe muy bien que es lo que ocurrió exactamente, sin embargo una mañana calurosa se escucharon los llantos de una pequeña niña que chillaba en el interior del castillo. Los sirvientes tras comprobar que nadie respondía al llamar la puerta y que aquel llanto no cesaba derribaron la puerta encontrando tras ella una sórdida escena. El cadáver de un hombre boca abajo en el suelo sobre un charco de sangre. Al lado de aquel hombre la pequeña niña que lloraba, su pelo negro teñido rojo, el mismo color que la sangre que manchaba el suelo provocando el miedo y el asombro de los que en aquel momento se encontraban presentes.

Tras retirar la sangre del cuerpo de la menor y ponerle ropa limpia se decidió que buscarían a alguien que cuidara de ella ya que su madrastra la actual reina no quería hacerse cargo de ella, y su verdadera madre estaba totalmente desaparecida, no se tenía conocimiento de donde pudiera encontrarse esa mujer. Mientras que el resto de sus familiares vivos no querían saber nada de ella, se dejaban guiar por aquel cuento, aquel mal augurio que surgió el día de su nacimiento.

Por suerte para la pequeña unos amigos de sus padres decidieron hacerse cargo de ella, no podía dejarla abandonada como si fuera un simple perrito. Se podría decir que ellos eran lo mas cercano a una familia que había conocido realmente, aquel matrimonio eran en verdad como hermanos para los padres de aquella pequeña. Tenían además, un hijo mayor que la chiquilla, tendría aproximadamente en ese momento siete años. En cuanto se cruzaron sus ojos se iluminaron, eran realmente cercanos, no había quien pudiera separarlos.

Siempre se protegían el uno al otro como verdaderos amigos, como hermanos, en ocasiones como algo mas incluso. No obstante no todo eran rosas en el camino, también había espinas, espinas grandes y filosas que herían a la pequeña como dagas en el corazón. La leyenda de la niña que trae mala suerte a todos aquellos que se acercan a ella se extendió como la pólvora y los niños crueles como nadie no perdían una sola oportunidad de dañar a la joven con palabras mezquinas o incluso en mas de una ocasión llegaron a agredirla físicamente. Pero aquel niño siempre estaba allí para protegerla, siempre estaba cerca para cuidar de ella y no permitir que la hicieran mas daño del que ya le habían echo a lo largo de su vida.

Cabe destacar que nunca tuvo de nuevo contacto con nadie de su familia, por lo que ahora mismo aunque se encontraran realmente serian completos desconocidos. Mas la historia de nuestra pequeña solo acaba de comenzar. Cuando su compañero de aventuras cumplió los diez años abandono la casa que hasta entonces habían compartido, quería buscar aventuras, quería explotar aquello a lo que llaman “magia” algo de lo que ella carecía por completo.

Pero Morana no lo comprendía, no entendía por que el tenía que marcharse, por que la abandonaba de aquella manera dejándola atrás. Llena de rabia y en cierta manera de pena y amargo dolor decidió que nunca mas volvería a depender de nadie y que se volvería fuerte. Dura como el acero, como la roca, no permitiría que nadie mas pudiera hacerle daño nuevamente. Con este deseo en mente abandono del mismo modo la casa que hasta ese momento había sido su hogar, sin embargo espero dos años para realizar su marcha, por lo que a los diez años recién cumplidos se marcho sin mirar atrás. No sin antes agradecer a sus “padres” adoptivos por cuidar de ella y por acogerla cuando nadie mas quiso saber nada de ella.

Hoy mis lagrimas se quieren suicidar, acurrucadas morir en tu piel, han nacido secas tienen sed, mi llanto hoy se quiere morir.

Vago sin rumbo durante mucho tiempo, comiendo cuando podía y trabajando en lo que era necesario. Lucharía contra vientos y mareas para llegar a su destino, estaba cansada de que aquel absurdo cuento marcara su destino. Ella se encargaría de trazar un nuevo camino, de abrir una nueva ruta y cambiar todo cuanto dijeran sobre ella. Del mismo modo se prometió a si misma que no dejaría caer mas lagrimas a no ser que realmente fueran necesarias, sentía que había derramado las suficientes para toda una vida, de echo hacia tiempo que nada caía de sus ojos.

Había pasado cuatro días en los que apenas había probado bocado, se encontraba en un lugar incierto del mapa, buscando un lugar donde guarecerse de una poderosa tormenta que se avecinaba. Aunque busco con desesperación la tormenta la pillo en medio de un valle por lo que no tenía lugar donde esconderse, estaba demasiado cansada como para luchar contra los elementos. Se dejo caer en el suelo y cerró los ojos totalmente dispuesta a morir, pero aquel fatídico destino parecía que aun no vendría a por ella. De repente dejo de sentir el doloroso crepitar del agua furiosa sobre ella, abrió sus ojos y se asombro de lo que sus ojos veían en aquel momento. Una mujer vestida con armadura la cargaba en sus brazos tapándola con su escudo y la llevaba a una cabaña escondida entre los arboles.

Al parecer aquella mujer había observado el deseo mas profundo y anhelado de su corazón, el deseo de ser fuerte, de no perecer ante nada ni nadie, el ser capaz de proteger a aquellos a los que ama y escapar de una leyenda absurda que la mantenía alejada de aquellos a los que realmente amaba. Con este deseo en mente la mujer le revelo su nombre a la joven y le propuso mostrarle el camino para volverse fuerte, para cumplir ese deseo que se aferraba en su pecho en busca de ser concedido.

Si tus lagrimas si quieren suicidar, guardalas pues vas a llorar, lloraras océanos de paz, duérmete ya no hay dolor.

Con esta idea en mente su maestra le mostró los entresijos de la espada, le enseño el camino para dominar las artes del esgrima. Pero no todo es gratis, para lograr aquel poder Morana tuvo que trabajar realmente duro y dar algo a cambio, en uno de sus entrenamientos un nuevo ataque que estaba realizando salió mal y antes de que pudiera ponerlo bajo control ya era demasiado tarde. Su maestra tuvo que tomar cartas en el asunto lo que llevo a la joven a perder algo preciado para ella, aun que en cierto modo es preciado para cualquier persona.

Aquel día Morana perdió su ojo derecho, además de ganar cicatrices que la acompañan desde entonces. La perdida de ese ojo no fue tan grave como uno puede pensar, pues meses mas tarde tras encontrar a un mago capaz de practicar una poderosa magia de sanación y restauración consiguió ponerle un remplazo, no obstante jamás imagino que el ojo que ahora llevaba era el ojo de un mago, un antiguo y poderoso mago que de alguna forma transfirió sus poderes a Morana, la cual tuvo que aprender a dominar antes de que la dominaran a ella. Siempre lleva este ojo tapado con un parche  no es que le agrade demasiado ver aquel ojo que le confirió unos poderes que a su parecer son bastante desagradables.

Tras terminar el entrenamiento y la rehabilitación Morana se despidió de su maestra a sus veinte años justo antes de que desapareciera por completo, sin saber demasiado bien que ocurrió con aquella mujer se dirigió a continuar su viaje, errando, vagabundeando robando para comer y haciendo trabajos varios para lograr cubrir sus necesidades. Cuando la joven Morana descubrió toda la verdad, de como su madrastra había matado a su padre y posiblemente también a su madre para hacerse con el trono decidió que se volvería fuerte para acabar con esa maldita mujer de una vez por todas.

Quisiera ser olvido para nunca recordar, quisiera ser brisa y asi acariciar la vida una vez mas. Hoy la libertad se a quedado dormida y en silencio, hoy la libertad a cerrado por defunción. Hoy la libertad se a muerto de pena y melancolía, hoy la libertad a cerrado por defunción.