[Pasado] Algo más que un día de relajo

Margarett, hacia meses que no pisaba esta ciudad, podría decir incluso que años. Sus viajes la habían llevado de punta a punta del continente y por alguna razón nunca había sentido deseos de volver a Magnolia hasta este momento. Los recuerdos asaltaban su memoria y la obligaban a continuar paseando entre sus calles, admirando tiendas y parajaes, el lugar no había cambiado demasiado desde su ultima visita.

Las gentes seguían riendo y disfrutando del día junto a sus seres queridos mientras ella paseaba sin rumbo fijo con aquel sombrero de mimbre tapando su rostro del sol. No le gustaba demasiado que el sol la cegara, solo tenía un ojo visible después de todo y necesitaba saber que estaba pasando a su alrededor para no meterse en ningún lío del cual no saber salir después. Sus ojos se fijaron por un momento en un lugar especifico, un valle lleno de árboles, recordaba que allí había grabado cierto mensaje en el tronco de un árbol y deseaba saber si seguía allí, por simple curiosidad.

Sus pasos relajados la llevaron hasta aquel lugar pasando entre los árboles como si fueran viejos amigos, antiguos conocidos que volvían a verse después de una larga espera. Sus pasos resonaban entre la hierba, no tenía porque ocultar su presencia en este momento, después de todo en un lugar como este no solía haber enemigos y de todos modos nadie solía acercarse a ella por propia voluntad debido a su aspecto rudo y en ocasiones siniestro. Cuando se detuvo ante un árbol en concreto sonrió al comprobar que aquel grabado continuaba en su lugar, quizas un poco mas alto y quizas algo tapado por nueva corteza pero aun podía leerse perfectamente el mensaje "Me apoderaré del destino agarrándolo por el cuello" un mensaje bastante claro, cuando lo grabo tan solo tenía ocho años y le traía muchos recuerdos.

La yema de sus dedos se paseo lenta, suavemente por el tronco de aquel árbol mientras admiraba la inscripción, supongamos que la vida es una mierda y todos estamos destinados a vivirla de alguna forma. El problema es que a ella le había tocado aguantar demasiado. Cuando escucho una voz cerca de ella su único ojo violáceo visible se clavo en el sujeto que había dejado salir aquellas palabras de su boca.

No se había percatado de su presencia, tampoco es que buscara compañía pero tras mirarlo suspiro levemente -Si, es un lugar entrañable en verdad- No iba a ser descortés con un desconocido aunque no supiera sus intenciones tampoco debía ser desagradable por lo que simplemente esperaría a ver si seguía la conversación o simplemente continuaba con lo que fuera que estaba haciendo allí sentado.

Por ahora ella solo había venido a recordar su pasado, su vida, todo lo que aconteció hasta este momento aunque tan solo tenga veintidos años a pasado por muchos problemas y obstáculos por lo que tiene bastante que recordar. Una sonrisa relajada y ladina adorno su rostro mientras volvía a fijar su mirada en el grabado del tronco, el destino había jugado con ella muchas veces pero su lema seguía siendo el mismo y en algún momento lograría dominarlo.