Los exploradores ¿Perdidos? (Libre. Ryo Hayashi y Morana)

Otra vez Kaion se encontraba de viaje, esta vez para su suerte acompañado, habían estado caminando por todo Web Valley, perdidos entre la arena, acompañaba a uno de sus compañeros en una búsqueda de materiales, con la promesa de defenderlo ante cualquier peligro y a cambio recibir parte del botín o un arma creada especialmente para él. Aun sin la supuesta recompensa Kaion no se hubiera negado, le gustaba ayudar a sus compañeros de gremio y más a los que conocía tan poco. Poco sabia él de su compañero de aventura, no le importaba mucho, la comunicación no era tan difícil como con otros, eso era agradecible, ahora solo tenía que ayudar a su compañero a caminar sano y salvo por el desierto, nada muy difícil o eso creía.

La verdad era mucho más complicada, el desierto azotaba a los viajeros con tormentas de arena, poca agua y un sol abrasador, su cuerpo podía resistir la presión de la naturaleza, pero no estaba seguro si su compañero lograra hacerlo, tendrían que descansar pronto y si no encontraban un lugar tranquilo seguro lo pasarían mal, su sorpresa fue encontrarlo, semi-enterrado en la arena.

Era una estructura gigantesca un templo según podía ser notado por el pelirojo, sus dimensiones superan las de cualquiera que antes hubiera visto, los adornos, escritura, todo era tan extraño, no era algo que hubiera visto antes, era una civilización completamente perdida, este templo podría datar de miles de años y su existencia no estaba puesta ni si quiera en uno de los miles de mapas que había visto antes, el interés y la curiosidad llevo a Kaion a  adentrarse en sus salas, no sabía si su compañero lo seguiría pero no le importaba, quizás encontraría algún tesoro escondido entre las puertas de aquel templo.

-Podemos pasar la noche aquí, quisiera investigar un poco este extraño lugar- Le comunico a su compañero mediante notas, como había estado haciendo desde el comienzo de su aventura -Quizás podamos encontrar materiales aquí- le sugirió al chico, intentando convencerlo de explorar un poco aquella enigmática estructura. Su vista estaba clavada en las habitaciones que se unían a la entrada, donde ellos estaban, la noche era traicionera en aquellos lares, aunque los peses voladores de esa área eran deliciosos, muchas criaturas oscuras se escondían en la arena, esperando a capturar a una presa, de noche era peligroso, aunque no aceptara su solicitud de explorar tendrían que quedarse dentro al menos hasta el amanecer del siguiente día.

Había decidido ir a Web Valley en busca de materiales para fabricar diversas cosas, pero sobre todo necesitaba ayuda para ello, así que decidí en su momento preguntar a alguien de mi gremio para que me ayudara, siendo este Kaion; un mago de Re-Equip sordomudo que parecía tener bastante capacidad física para enfrentarse a cualquier cosa que apareciera, apartando del hecho que estando en grupo mi magia podría servir con mayor capacidad. Era algo incómodo comunicarse con él; no quería precisamente depender tanto de mi magia solo para comunicarnos por si acaso necesitaba usarla, así que prácticamente nos comunicábamos a través de notas de su libreta.

Pero los problemas parecían aparecer en cuanto se desató una tormenta de arena que bien podría ocasionarnos muchísimos problemas si no encontrábamos refugio. Poco a poco fuimos avanzando, hasta llegar a un edificio bastante grande, y que parecía bastante antiguo. No sabía que podíamos encontrarnos ahí dentro, pero seguramente podríamos aprovechar para refugiarnos o incluso explorar algo con cuidado. La misma idea se le ocurrió a Kaion, dado que me enseñó su libreta mostrando prácticamente mis pensamientos, así que asentí con la cabeza mientras observaba mi alrededor, mientras trataba de pensar que podría hacer. Lo mas probable es que fuera bueno que empleara mi mini mapa para tratar de tener una idea de como era el edificio en si, pero lo malo es que aunque tuviera el diseño del edificio, no podría detectar enemigos ni trampas situadas en el lugar, pero al menos evitaríamos perdernos.

- En un rato haré un escaneo del lugar, para saber como es de forma general. Mientras tanto, descansemos un poco. - Escribí en su libreta para que pudiera leerlo, mientras pasaba a respirar hondo y pensaba posibles movimientos. Por el momento pasé a sacar algo de cuerdas y unas rocas, pasando a atarlas y hacer unas baleadoras que permitiría al menos inmovilizar a un enemigo de forma temporal, algo crudo pero útil. Tendría que buscar mas cosas para poder tener al menos un arma que me sirviera para combatir, dado que mi magia no era precisamente ofensiva y no quería hacer que Kaion tomara todo el peso de la exploración.

Todo y nada, sola y acompañada, en realidad Morana no sabía describir la situación en la cual se encontraba en este momento. Sus pensamientos volaban raudos, fugaces pero al mismo tiempo era capaz de escuchar perfectamente los pensamientos de otros seres que se arremolinaban incordiando en su mente. Comenzaba a incomodarla esas voces que no paraban de hablar entre ellas llegando incluso a ignorarla olímpicamente. No sabía que iba a hacer en ese momento para acallar las voces de alguna manera. Tuvo que refugiarse en una especie de templo o algo parecido cuando viajaba por Web Valley al verse sorprendida por una tormenta de arena.

Con cierta molestia chasqueo la lengua y saco su fiel pipa y el tabaco que llevaba consigo mientras miraba de reojo a aquel ciervo fantasmal que la acompañaba. Comenzó a fumar provocando que la estancia entera se llenara de un aroma floral. Bastante extraño teniendo en cuenta que era tabaco de lo que hablamos, sin embargo ella nunca a sido del todo normal "Oye Moranita ¿que hacemos aquí parados?, no me digas que te has perdido" Incluso sin verlo, Morana sabía perfectamente que Merlín se estaba burlando de ella completamente disfrutando de la situación en la que se encontraba la mujer.

Bufo molesta, estaba cansada de las burlas incesantes de Merlín, en algún momento tendría que enseñarle una lección a ese maldito alter metomentodo. "Merlín por ¿que no callas y dejas en paz a Morana? ¿quieres que salgamos con esa jodida tormenta de arena?, ¿estas demente o que te pasa? En este caso otra voz sonó, no soportaba que se pasaran el día peleando, eran como niños pequeños no comprendían el dolor de cabeza que es tenerlos discutiendo constantemente sin parar un momento, definitivamente eran un auténtico incordio. "Me resulta irónico que defiendas a mi descendiente de esa forma Lancelot" Una nueva voz, en esta ocasión burlona, divertida incluso sarcástica se dejo oir dentro de los pensamientos de Morana que estaba a punto de darse un cabezazo contra la pared.

Volvió a dar una profunda calada a su pipa dejando salir el humo como una cascada de su boca "Callate bruja amargada, nadie te a pedido opinión en este asunto" Y una vez mas iban a comenzar a discutir -!Ya basta cerrad el pico!- La voz de Morana sonó por todo el recinto se la notaba enfadada, harta de esta situación "Vamos Moranita, no me digas que ya te has enfadado, no aguantas nada mujer" La pelea continuaba y las burlas de ese maldito mago "Ya basta, es hora de que vuestra boca viperina se silencie Merlín, Morgana, Lancelot dejad las disputas innecesarias para otro momento, basta de atormentar a nuestra maga por ella es que aun continuamos con vida y no encerrados en una joya cogiendo polvo" Una vez mas la voz sensata y razonable de Arturo se hizo sonar acallando todas las demás, era el único que lograba silenciar del todo a esa panda de malhumorados y molestos alters.

Su compañero de viaje había aceptado completamente su proposición, pero pidió antes un poco de descanso, debía aceptarlo, caminar tanto tiempo por todo ese desierto tenia a ambos un poco agotados, ahora tendrían que buscar un lugar donde descansar, la sala donde estaban se llenaba de arena por la tormenta, debían adentrarse más en aquel extraño templo para estar más seguros de no ser enterrados por la arena.

Para estar más seguros de no ser sorprendidos por cualquier cosa, Kaion utilizando su magia saco una espada de aspecto muy grande, la usaría para defenderse en caso de ser necesario, aunque las ruinas parecían completamente abandonadas, no creía que algo fuera a aparecer por esas salas, pero como dicen, es mejor prevenir que lamentar.

Salió primero, dejando atrás a su compañero, sosteniendo el arma con una mano, caminando por las salas vacías, un extraño olor llamo su atención, provenía de una sala cercana, olía como a flores, extraño para estar en un templo en medio del desierto, Kaion llevado por la curiosidad se acercó lentamente, asomándose por la puerta para descubrir de donde venía ese olor.

Para su sorpresa pudo reconocer a la chica, la había visto antes, cuando se había perdido en el Bosque de Bruma, no se había logrado presentar, ella había desaparecido antes de poder presentarse entre ambos. Golpe su espada contra la pared, intentando emitir algún ruido, atraer la atención de la chica. El olor de flores provenía de ella, humo, seguro estaba fumando. Después de hacer notar su presencia se adentró a la sala buscando encontrarse con ella, tenía que presentarse, saludar, aunque también quisiera preguntar qué estaba haciendo, cuando había entrado la había visto moviendo los labios, como si hablara, pero no había nadie con ella. Por otro lado, tenía que ver si su compañero lo había seguido, la habitación donde estaba la chica era perfecta para tomarse un descanso.

Mientras aprovechaba para tratar de descansar y preparar algunas cosas para poder defenderme; entre las cuales ahora se encontraba una honda improvisada y varias piedras variadas en tamaño que seguramente daría algo de dolor a quien se pusiera en medio de la trayectoria de las piedras, pero aparte de eso y mi magia dudaba poder establecer demasiado apoyo a mi compañero; que había sacado un mandoble enorme por si acaso nos encontrábamos con algo peligroso en el lugar. Suspiré, decidiendo quedarme sentado un rato mientras trataba de pensar hacia donde podríamos dirigirnos cuando la tormenta de arena dejara de azotar, apartando de que la oportunidad de conseguir materiales raros o incluso algún tesoro oculto era interesante, pero por el momento era cuestión de aguantar y descansar para recuperar energías.

Entonces, pasé a escuchar el sonido del arma de Kaion golpeando algo, parecía la piedra en sí, pero eso hacía que me pusiera en alerta, pasando a cargar la honda con una de las piedras y me acerqué hacía él, dispuesto a tratar de apoyarlo como fuera posible. Lo que no esperaba era encontrarme a alguien, siendo una mujer cuyo olor era el de hierbas que a saber que tenía... - "Nos perdemos, encontramos un templo supuestamente perdido... ¿y nos encontramos a una persona que posiblemente tome drogas variadas? La probabilidad de eso si que es baja, pero al parecer la lotería nos había tocado en eso..." - No pude evitar pensar, pero pude ver como Kaion no estaba precisamente en una posición ofensiva, así que pasé a descargar la honda, pasando a observar mejor a la mujer, que a pesar de todo no sabía si podía confiar en ella, o si era una lunática.

Pasé a señalarla a Kaion con una ceja algo mas levantada, como intentando hacer que se Kaion se explicase a ver si la conocía o no, para después pasar a mirarla. - ¿Os conocéis de antes? - Pregunté en voz alta, pero esta vez sobre todo para intentar entrabar una conversación con ella. No sabía si iba a ser útil o no, pero al menos íbamos a tener una compañía cuanto menos interesante, por no decir que quizás podríamos llegar a explorar juntos si llegábamos a un acuerdo y se demostraba que ella era de fiar. Al menos con Kaion que estaba en una posición no ofensiva indicaba que no era una enemiga ni nadie de quien preocuparse, así que no tendría que tratar de defenderme por el momento de algún peligro adicional aparte del estado del templo o posibles guardianes o trampas.

Una vez que Arturo logro acallar todas esas malditas voces, la mujer suspiro de forma tenue calmando un poco su humor hasta que un ligero golpe llamo su atención. Elevó su mirada aun con la pipa en la boca mientras veía ante ella a aquel joven pelirrojo que había conocido en una ocasión mientras rondaba por el bosque brumoso. Su caballo/ciervo fantasmal pareció reconocerlo también y relincho mientras movía la cabeza de arriba abajo como dándole la bienvenida. En esta ocasión el mago sordo-mudo venía acompañado de otro hombre que Morana inspecciono cuidadosamente intentando no perder de vista al sujeto por si hacia algún movimiento sospechoso.

La mujer movió la cabeza a modo de saludo hacia el joven mago pelirrojo invitando con la mano a sentarse junto a ella y cuando escucho la voz del otro joven sonrió de forma ladina dejando salir una profunda bocanada de humo -Nos conocemos si, tuvimos cierto problema con un caballero fantasma en el bosque brumoso, por suerte salimos enteros- La sonrisa se ensancho en sus labios mientras quitaba la pipa de su boca para terminar de dejar que el humo saliera de sus pulmones y de su boca, justo cuando iba a decir algo mas escucho un curioso Yohoho salir de algún lugar de la cueva, parece que no eran los únicos en ese bendito lugar.

Se levanto rápidamente de donde se encontraba sentada colocándose en guardia, era mejor que no los pillaran desprevenidos, en este sitio no había ligar donde esconderse. De repente ante ellos se presento un esqueleto por raro que parezca con traje y que hablaba de hacerles de guía por aquel templo perdido. Por un momento Morana no supo si seguirlo o no, miro a sus dos compañeros y tras tomar las riendas de su montura decidió seguir a esa cosa a ver donde los llevaba, tenía curiosidad por saber lo que podía encontrar por el templo, tal vez había algún material interesante con el que poder crear algo que sirviera de apoyo en combate para futuras ocasiones, incluso podrían encontrar algo que vender en la tienda y sacar algo de dinero extra.

Al parecer la chica lo había logrado reconocer, la montura endemoniada que antes lo había perseguido por el Bosque Brumoso también lo reconocía, lo notaba en el gesto que hacía, pero al parecer el golpe que le dio a la pared no solo atrajo la atención de la chica, también atrajo a su compañero, este había estado improvisando armas, era curioso el grado de inteligencia que tenía su amigo, seguro le serviría de algo en algún futuro próximo.

Logro notar la expresión confusa de su compañero y no hizo más que señalar a la chica, dejando que ella explicara y al parecer lo hizo, podía verla mover los labios, aunque se le hacía imposible descifrar lo que decía. La chica lo había invitado a sentarse junto a ella, conocía esas señas, direcciones simples que cualquier persona entendería, se iba acercando hacia ella, desapareciendo el arma antes de acercarse, no quería parecer violento en ese momento.

Antes de si quiera lograr acercarse lo suficiente noto cierta tensión en el ambiente, la chica se había levantado y puesto en una posición ligeramente defensiva, era extraño que hubiera hecho eso de pronto, siguió su mirada, intentando descubrir lo que veía y no pudo evitar expresar sorpresa y curiosidad. Había un esqueleto, que jugaba con su cabeza, parecía poder hablar, su mandíbula se movía de una forma extraña y no paraba de mover su cabeza, algo que le parecía un poco tonto y extraño.

No podía descifrar lo que decía aquella calaca, era mucho más complicado leer labios si no se tenían labios. Tomo nuevamente su libreta, iba a escribir algo, preguntarle a Ryo si podía escribir lo que le decían, pero para su sorpresa letras moradas inundaban las paginas, era un tanto obvio que se trataba de aquel enigmático ser, pudo comprender sus intenciones con facilidad, había estado diciendo algo de ser un guía por aquel extraño templo.

No sabía que hacer exactamente, seguir a aquel ser no parecía buena idea, pero tampoco tan mala, la mujer que estaba ahí había tomado una rápida decisión, eligió seguir al extraño puro hueso, llevándose a su “mascota” junto con ella, por su lado comenzó a escribir en su libreta -Deberíamos ir con ellos, tengo un mal presentimiento, no sé qué sucede si nos quedamos solos- Había tenido un escalofrió hace unos segundos, le parecía que el suelo mismo estaba temblado en realidad.

A pesar de todo no espero respuesta, comenzó a caminar y le hizo señales a Ryu de que lo siguiera, era mejor mantenerse juntos, el esqueleto viviente le daba mala espina pero no tenían nadie más en quien confiar.

No sabía apenas que había pasado en poco tiempo, ya que al parecer esa mujer primero conocía a Kaion de algún entuerto, para luego aparecer un esqueleto extraño que quería hacernos de guía... No quería ni llegar a pensar en que podía suceder si lo seguíamos, y estuve a punto que decir que no, cuando escuché un rugido amenazador que me quitó absolutamente todas las ganas de decir precisamente una negativa... Como dicen, es mejor tener un guía que permita evitar trampas que no tener guía ninguno y comernos un monstruo amenazador que posiblemente no podamos derrotar. Suspiré, tratando de hacerma a la idea de que al menos no tendríamos que combati rpor nuestras vidas pronto, si confiábamos en el esqueleto claro esta y no ocurría nada que nos hiciera pensar en lo contrario.

Por un momento, pensé que nos estaba guiando a la salida, pero de repente se pasó a ver que no era el caso, llevándonos hacia una especie de lugar donde era una biblioteca antigua, muy grande y con tomos bastante antiguos que seguramente contendrían una cantidad de conocimiento bastante interesante. Si encontraba algo sobre mecánica antigua o algo relacionado con la forja, podría mejorar de esa manera mis posibilidades, pero iba a ser algo dificil con la cantidad de libros existentes; apartando de que no sabía si podíamos llevarnos alguno. La pregunta me fue respondida por el esqueleto, al cual le sonreí. - Gracias por la oferta. ¿Podría saber su nombre? Aparte, andaba buscando algunos materiales con los que trabajar, si pudiera guiarme a algún sitio donde recolectarlo, en algún momento podría fabricarle algo como agradecimiento. - Dije con una sonrisa, mientras pasaba con mis manos los diversos tomos, leyendo los diversos títulos, hasta que al final cogí uno antiguo para poder llegar a leerlo mas tarde. Aparte, no sabía si ese esqueleto iba a hacer algo, pero si hubiera querido hacerlo, no nos habría dejado coger libros entre otros, nos había querido llevar a una trampa directamente.

- Por cierto, mi nombre es Ryo Hayashi. - Dije, también para la mujer que nos acompañaba, ya que no nos habíamos presentado precisamente. No es que pudiera comunicarme con Kaion por el momento sin hacer ningún gesto, y no es que quisiera activar mi magia por el momento ya que en cualquier instante tendría que usarlo para establecer la conexión y la comunicación mental entre otras posibles variantes. Aparte, si como decía el esqueleto había pasado mucho tiempo sin que nadie hubiera pasado por el lugar, podía entender la soledad que debería haber sentido, así que un poco de amabilidad y agradecimiento no estaba precisamente mal en mi opinión. Una vez tenía el libro en mis manos bien seguro, pasé a seguir al esqueleto, claro esta asegurándome de no perder de vista a Kaion; no era cuestión de dejar de lado a mi compañero de gremio.

OFF: Perdon por no haber posteado en esa ronda, estaba ocupado entre varias cosas, y se me pasó. No volverá a pasar.