Calor inesperado [Libre]

La ciudad de Crocus, capital de Fiore y sede de la familia real, se había despertado con una mañana inusualmente veraniega. El calor que se cernía sobre la ciudad no tenía precedente alguno, puesto que los días anteriores la temperatura era más bien fresca, digna de mínimo un pequeño abrigo para pasar la jornada sin miedo a contraer el molesto resfriado que siempre acechaba tras una mañana fría. La confusión se volvió un sentir general, al igual que la frustración puesto que los planes de muchos se vieron frustrados por el repentino cambio de temperatura sucedido de un día para el otro. Las quejas estaban a la orden del día, quejas de quienes caminaban por las calles de la ciudad, con la lengua afuera y gotas de sudor bajando por sus sienes y empapando sus ropajes. El sol ni siquiera estaba presente en el cielo, pues las nubes se habían encargado de cubrir al astro luminiscente desde hacía ya varios días. Entonces, ¿Qué generaba tanto calor?

― Que hermoso día… ―y allí se encontraba la razón de tantos problemas generados en la ciudad, recostado junto a un lago a las afueras de Crocus, con ambas manos tras la nuca a modo de almohada. El terrible calor que azolaba a la ciudad provenía ni más ni menos que de aquel joven mago, quien, maldecido por una magia prohibida heredada de su familia, expulsaba constantemente ondas de calor que aumentaban la temperatura a su alrededor. Muchas veces a límites ridículos, aunque siempre dependía del estado de ánimo del muchacho. Curiosamente ese día estaba tranquilo, pero la falta de enfriamiento lo estaba llevando a expulsar mucho más calor del normal, no obstante él no tenía forma de darse cuenta de ello, puesto que era inmune a su propio calor y al tener la mirada centrada en el cielo, no podía apreciar las consecuencias de su magia sobre el bosque que rodeaba la orilla.

La imagen comenzaba a distorsionarse alrededor de Darian, consecuencia del calor en aumento. La paz lo embargaba, pero si las cosas seguían ese camino los arboles a su alrededor comenzarían a incendiarse. Necesitaba enfriarse sumergiéndose en el lago, pero no lo haría si primero no notaba que realmente su maldición estaba llegando demasiado lejos y debía de ponerla en pausa con algo de agua.

Saludos de su jefe espectro favorito.  

Criatura RANGO A ▲ Aquel escenario parecía profetizar un contratiempo inevitable, y en efecto algo que ninguno se esperaba terminaría por ocurrir. Del lago emerge con fuerzas una criatura acuática con forma de un pequeño Dragón de unos 3 metros de altura, y podía verse su intención de atacar a todo el que se le viniera enfrente. Todos, al verlo emerger, salieron corriendo del lugar, buscando refugio y dejando el lugar libre de inocentes. O al menos eso parecía… Mientras tanto… La esencia calórica del mago de fuego era tal, que parecía que el sol estuviera más cerca de la tierra, a pesar de estar cubierto de nubes. Aquel calor hizo que los arboles del bosque cerca de ahí encendieran en llamas vivas, y dentro del mismo podían escucharse ruidos de ayuda de inocentes, quienes tomaban la forma de una familia perdidos entre las llamas. El fuego no parecía que se fuera a apagar pronto, y la vida de aquellas personas corría peligro, pero la criatura no se podía dejar libre. Alguien debe de hacer algo al respecto.

 
Bueno, objetivos claros. Alguno debe de quedarse luchando, mientras el otro rescata a los civiles.  ¡Suerte!

La vida de un nómada no era precisamente la más cómoda y tranquila, pero con el pasar de los años Darian se había acostumbrado a vagar por Fiore, manteniéndose alejado de cualquier pueblo o ciudad con tal de evitar generar problemas por su problema con el calor. Ese día, sin embargo, era especial y el joven tenía una razón para acercarse a Crocus, su ciudad de origen. La idea era llegar, hacer lo que tenía que hacer y luego marcharse, procurando enfriarse espontáneamente para evitar ser detectado por su magia. En sus planes nunca estuvo el relajarse a orillas del lago, y mucho menos generar un incendio, pero estaba tan cansado luego del largo de viaje hasta la capital del reino que no pudo evitar verse tentado por el césped fresco y acolchonado, que para alguien acostumbrado a dormir sobre rocas resultaba mejor que una cama de la realeza.

Un extraño olor asaltó su nariz, arrugándola muy levemente en reiteradas ocasiones, olisqueando el aire sin moverse de su lugar, buscando reconocer la naturaleza de dicho olor. Sus ojos se abrieron de par en par al darse cuenta de que era el olor del humo, de la madera quemándose, de un incendio― ¿Qué… demonios? ―sobresaltado, Darian se reincorporó de un salto, poniéndose en pie al tiempo en que la criatura del lago se hacía presente. De un segundo a otro pasó de estar relajado a tener que agudizar los sentidos con tal de analizar la situación, maldiciéndose internamente por no percatarse antes de la temperatura que estaba alcanzando. El incendio lo había generado él, eso lo tenía claro, así como sabía que debía de enfriarse para que las llamas menguaran un poco su intensidad y fueran más fáciles de apagar. Por otro lado, estaba esa criatura compuesta de agua que había surgido de la superficie del lago, misma que se mostraba bastante hostil. No había que ser un genio para ver la solución más obvia.

― ¡Oye! ¡Aquí abajo, bicho! ―acumulando algo de energía en su mano derecha, Darian formó un pequeño anillo de calor, el cual procedió a lanzar a la criatura, buscando llamar su atención y que centrara su ofensiva en él. Era un monstruo cuya anatomía parecía ser simple agua, o al menos eso presumía a simple vista. Muy mala suerte tenía que tener para que le lanzara un rayo láser en vez de un ataque con agua, algo a lo que podía sacarle provecho si las condiciones del mismo eran las optimas.

SALUDOS NUEVAMENTE.  

CRIATURA RANGO A ▲ Aquella criatura no parecía cómoda en aquel lugar, algo le inquietaba, muy probablemente el fuego del lugar. Parecía como si le molestara aquella presencia. Y no mejoró su actitud, al sentir el ataque en su dirección del joven de fuego, del cual provenía gran calor llamando la atención de la criatura. Dejando salir de su boca una bola de agua, repele el anillo de fuego sin muchos problemas, y procede a hacer un ataque con su cola, moviéndola horizontalmente creando una onda de agua cortante disparada en dirección del muchacho. Luego de esto, recuperó el agua que había usado succionando de la misma que se encontraba en el lago, que sumado al volumen natural de la bestia lo dejaba medio vacío. Mientras tanto, en las fraguas del bosque ardiente, una misteriosa mujer ayuda a los que no habían conseguir a tiempo por una vía relativamente segura. Una pareja se detiene solo unos momentos. – Mil gracias señora, nos ha salvado. – El lugar ya se había vaciado de gente, pero las llamas seguían esparciéndose. Y de alguna manera, había una conexión entre ambos eventos. .

Para aclarar: El dragón de agua no se encuentra suficientemente cerca de Darian para golpearle con la cola, por lo que hace una onda horizontal hecha de pura agua, que cubre 3 metros de largo por 1 de ancho. Ya no hay civiles, por lo que ambos pueden luchar.

La idea del joven era atraer la atención de la criatura, que centrara su ofensiva en él y así aprovecharse de los ataques compuestos de agua para enfriarse un poco a sí mismo. Sin embargo, al ver esa onda de agua acercarse algo le decía que no sería bueno recibirla directamente, razón por la cual, en el último segundo, Darian dio un torpe salto para esquivar el ataque pasándolo por encima. Una vez de vuelta en el suelo, el joven miró a su espalda y se agradeció mentalmente por haberlo esquivado, pues aquella masa de agua en forma de cuchilla había dejado una marca de corte bastante profunda en el tronco de los árboles contra los que impactó.

― Eso estuvo cerca… ―suspiraba para sus adentros, consciente del daño que pudo haberle generado el recibir aquello― ¡¿Eso es todo?! ¡Venga, lagartija de agua dulce! ―no era el mejor ni el más ingenioso a la hora de inventarse insultos, pero esperaba poder, aunque sea, mantener la atención de la criatura en lo que pensaba una forma de confrontarla. Cruzando ambos brazos delante de sí, Darian formaría dos pequeños anillos de calor más, los cuales procedería a lanzar al dragón de agua con tal de mantenerlo distraído y con un objetivo al cual apuntar. Sin embargo, contrariamente a su intento anterior, en esta ocasión aprovecharía ni bien lanzar ambos anillos para acercarse lo máximo posible a la criatura, encendiendo sus brazos al rojo vivo.

El incendio no menguaría si él no lograba bajar la temperatura de su cuerpo, era una verdad irrefutable. El calor que liberaba avivaba las llamas como si de combustible se tratase, estaba consciente de ello y por tanto tenía claro que, de una forma u otra, debía sumergirse en ese lago.

Off:

Me apoderaré del destino agarrándolo por el cuello.

Nada esta escrito

Crocus

Atardecer

Despejado

Darian

Social

©JeuNMF

Una vez que logro que todos salieran del bosque se dirigío de nuevo al lugar donde se estaba llevando a cabo aquella pelea, no tenía intenciones de dejar a ese tipo solo. Además parecía que lo que ponía nerviosa a la criatura era ese fuego que se propagaba cada vez mas deprisa.

Cuando la joven llego al lugar vio al individuo antes mencionado luchar contra la criatura, la cual gritaba y se enfurecía cada vez mas mientras el chico procedía a atacarle con ataques ígneos. De alguna forma parecía que el calor que provocaba el incendio procedía de aquel chico por lo que habría que bajarle un poco los humos.

Antes de que el brazo del chico impactara contra la criatura, Morana procedió a darle una patada en la espalda para meterlo de lleno en el agua que quedaba en el lago mientras usaba su Take over para quemar uno de los arboles ligeramente con su mano cubierta en llamas de fuego azul  para evitar que le hiciera daño al muchacho que ahora se estaba dando un agradable baño. Esperaba que de esta forma las llamas se apaciguaran o al menos eso era lo que había deducido debido al comportamiento de las llamas respecto a los  movimientos del chico.

Magia: 50 - 30 = 20

Saludos de su narrador.

CRIATURA RANGO A ▲ La bestia acuática parecía alterarse cada vez más, dando rugidos y gritos y moviéndose violentamente. Después del ataque el pequeño mago de fuego esquiva ágilmente el peligro, siendo que el ataque impacta en unos arboles tras de él. Sin embargo, además de causar un corte que pudo haber sido de gravedad en el muchacho, apaga media docena de arboles gracias a las cualidades acuáticas del ataque. De igual forma, aquello no sería ni por poco suficiente para apaciguar las llamas del bosque. Los ataques del pequeño mago se aproximan con velocidad a la bestia, y nuevamente uno es detenido por una bola de agua que provenía de la boca del dragón. Sin embargo, un segundo impacta de lleno con el torso de la criatura, desvaneciéndose en el acto, pero no es por decir que no causó nada a la bestia. Un fuerte rugido se dejó escuchar en todo el bosque, mientras parte de su cuerpo se evaporaba. Rápidamente el dragón vuelve a reponerse de agua del lago, dejándolo casi vacío. Antes de poder reaccionar, empieza a sentir como un dolor sale de su parte baja, notando la presencia del joven caluroso entrando de lleno en su cuerpo. Un vapor se hace notar, llenando el lugar de una niebla suave, que no afectaba la visión pero se dejaba notar. Sin el poder de quitarse al mago de sus adentros, procede a atacar a otra figura, también de procedencias calóricas, con una onda de agua no tan potente como la anterior, pero igual de rápida y mucho más grande. Apenas el joven entrar en el cuerpo de la criatura, las llamas de los arboles se vieron reducidas a gran medida, siendo que muchos incluso se apagaron, pero el incendio procedía, y no pareciera que la esencia del mago tuviera que ver ya, sino más bien la simple ciencia que no dejaba que el fuego se apagase solo. ¿Qué tendrían que hacer para acabar con este alboroto?

Notas: El ataque del dragón cubre 4 metros de alto por 10 metros de largo y Darian podrá decidir si salir o no del dragón.

Las estrategias no eran algo que a Darian se le diera precisamente bien. Para él, dejarse llevar por sus impulsos era siempre la mejor forma de resolver las cosas, y hasta el momento nunca le había ido tan mal por seguir lo que le decían. Meterse a la fuerza en el interior del dragón de agua parecía una locura, pero allí estaba, sumergido en la masa liquida con forma de reptil que llevaba ya varios minutos rugiendo en el centro del lago. La sustancia hizo su trabajo refrigerante y en menos de unos segundos la temperatura de su cuerpo había descendido a los estándares normales de un ser humano cualquiera, desapareciendo su influencia negativa sobre el incendio que se estaba produciendo en el bosque circundante.

Arriesgarse a que la criatura pudiera, de alguna forma, encerrarlo dentro de su cuerpo era un peligro que Darian prefirió evitarse. Así pues, ni bien se vio con una temperatura corporal normal, buscó salir rápidamente de la masa de agua, alejándose lo más rápido posible para evitar recibir un ataque por sorpresa. Desde una posición ya medianamente segura, donde tuviera cierto margen de reacción en caso de serle dirigido un nuevo ataque. Una vez allí, parado y con una imagen general de la situación, se volvería bastante obvio el hecho de que gran parte del lago, por no decir casi todo, había desaparecido― Se le tiene que acabar el agua en algún momento… ―supuso el mago, deduciendo que, si así era, aunque sea que se gastara la misma en apagar lo que quedaba del incendio. Así pues, intentaría colocarse delante de una zona del bosque que estuviera en llamas para luego buscar llamar la atención de la bestia mediante provocaciones verbales y, de no lograrlo así, aventarle alguna roca que encontrase por el suelo. Lamentablemente ya no podía lanzar los anillos de fuego, tenía que recuperar temperatura para ello y eso no era opción después de haber pasado por tantas molestias para enfriarse.

Me apoderaré del destino agarrándolo por el cuello.

Nada esta escrito

Crocus

Atardecer

Despejado

Darian

Social

©JeuNMF

Las cosas se complicaban por momentos, ahora ese bicho atacaba a Morana con una poderosa técnica complicada de esquivar. Sin embargo la mujer silbo y apareció junto a ella una especie de ciervo fantasmagórico de en un abrir y cerrar de ojos la alejo de esa cosa permitiendo que ahora el agua acabara con parte de aquel incendio. Ya quedaban pocas zonas incendiadas por suerte ya que las llamas habían menguado su fuerza y el propio dragón acuático estaba apagando aquel incendio.

Deshizo la transformación para evitar el gasto de magia innecesariamente mientras intentaba llamar la atención de aquella cosa hacia un nuevo lugar en llamas. De esta forma terminarían por apagar aquel incendio de forma rápida y eficaz -Aquí abajo bichejo!- Sus gritos se escuchaban perfectamente en el bosque mientras que no perdía de vista al otro mago al que había obligado literalmente a darse un chapuzón al menos ahora las llamas no se exparcian con la misma fuerza y por lo menos no se estaba ahogando que eso también la preocupaba.

Apenas quedaban unos focos activos de aquel incendio y si esa cosa volvía a hacer un ataque de esas magnitudes seguramente acabarían con ellos de un solo golpe. Esperaba que le lanzara otro ataque cuanto antes, la cosa podría empeorar y la verdad no era buena idea esperar a que eso sucediera. Tenían bastantes problemas ya como para esperar a que algo aún peor sucediera.

off: siento la tardanza el inicio de curso me mata

Magia: 20 + 5 = 25